Por Carlos E. Tello Maco



Hace 477 años, la necesidad de una capital motivó a que Francisco Pizarro fundara una urbe que estaría destinada a ser el centro político, económico y social de América del Sur. El viejo extremeño jamás hubiera pensado que las no menos de quince manzanas que repartiera en 1535 se expandan a los 45 distritos que hoy tiene Lima. A través de unos valiosos mapas, veamos cómo creció (¡y de qué forma lo hizo!) nuestra ciudad que hoy está de cumple.



Para 1615, los españoles ya estaban totalmente asentados en estas tierras. El "centro" ya ocupa todo lo que hoy conocemos como "Cercado". Cuadras al norte, el futuro Rímac era Malambo, el barrio de los esclavos africanos. Hacia el mar, los edificios ubicados en el Callao eran -en su mayoría- destinados al control portuario (en el virreinato, los índices de contrabando eran verdaderamente escandalosos). Junto a éstos, habían algunas casas de pescadores. Para aquel año, ya existían "las Magdalenas". La Magdalena Vieja -hoy Pueblo Libre- era una aldea evangelizada por los padres dominicos que habían establecido el trazado de calles que hasta hoy mantiene el sector ubicado entre la actual avenida Sucre y el cuartel Bolívar. La Magdalena del Mar creciente es la zona del actual Mercado y la Plaza Túpac Amaru.  Muy al sur, Miraflores, Barranco, Surco y Chorrillos no eran distritos: eran pueblos cuyo acceso era complicado por la cantidad de salteadores que poblaban los caminos.



En 1750, las "aldeas" de Callao, Miraflores, Surco, Chorrillos y las Magdalenas crecían poco a poco. Al igual que el barrio de Malambo, de donde partía el camino a Trujillo (siguiendo el actual trazado de la avenida Túpac Amaru). El camino al Callao que vemos señalado sigue el curso de la actual avenida Argentina y la ruta a Chorrillos recorre el actual tramo del Paseo de la República. Curioso ver que las principales arterias de nuestra ciudad sigue la ruta de los viejos caminos del virreinato asentados -a su vez- sobre el trazado del Camino Real Inca de la costa que iba de Pachacámac a Tumbes.



160 años después, pasada la emancipación, la guerra con Chile y entrado ya el siglo XX, Lima se expandía poco y lo hacía sobre el centro y los pocos barrios periféricos. En el Callao, Bellavista se establecía como un barrio de vivienda para los marinos del puerto y La Punta, como el barrio donde se asentaron los primeros italianos que arribaron al Perú. El actual Pueblo Libre se conectaba al centro por la recién inaugurada avenida Brasil, al igual que la Magdalena del Mar, que seguía urbanizándose y a donde se había trasladado el manicomio de la ciudad (el hoy Hospital Larco Herrera). Miraflores crece tomando como eje la Huaca Pucllana, Barranco toma la forma que hasta hoy conserva, Surco aún es lo que hoy se llama "Surco Pueblo" y Chorrillos son algunas manzanas ubicadas al pie del Morro Solar.



Poco a poco, la ciudad cambió. Hasta hace treinta años, Lima aún seguía en los marcos del trazado colonial, pero la creciente clase media -y una migración andina que se sentirá más luego- necesita de vivienda, y el Rímac crece hacia el Barrio Obrero (Caquetá), el Callao hacia el actual Reynoso, Magdalena hacia el oeste (con el nombre de San Miguel)... Los distritos se prolongan y los barrios tradicionales van tomando terreno: Lince, La Victoria... Lima explotará pronto.


¡Boom! Es 1970 y los huecos del mapa anterior han sido rellenados. La migración del interior motivó a la ampliación de los distritos y los barrios obreros se siguen ampliando. De Caquetá sigue San Martín de Porres y más al norte, ya se ve los futuros Comas, Independencia y Los Olivos. Ya no hay chacras a lo largo de la avenida Brasil. Hacia el este, las lotizaciones y construcción de nuevas zonas residenciales (Monterrico, El Polo) aparece al lado de "pueblos jóvenes" (Pamplona, San Juan de Miraflores).


En 1995, solo queda la memoria de la vieja ciudad colonial. La lejana Chosica quedó unida a la ciudad tras la población de Ate, Vitarte, Huaycán, Ñaña, Huachipa y el gigante San Juan de Lurigancho. Hacia el norte, Ventanilla y Puente Piedra se expanden hasta los balnearios de Santa Rosa y Ancón y, por el sur, los balnearios de San Bartolo y Santa María avanzan hasta la caleta de Pucusana. No hay huecos. No hay chacras y solo pocos cerros. Lima es otra.
¿Hasta donde crecerá Lima?... Me dirás que en San Bartolo hay sitio, que Ancón puede usar su desierto. Que Lurín es el futuro. Pero no es el hecho. Lima nunca fue planificada por megaciudad y no podemos seguir abusando de ello. Lima merece seguir creciendo pero hacia arriba. El cemento debe ser la prolongación de nuestra cumpleañera.

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  1. Hola CArlos Soy Cartógrafo, especialista en sistemas de informacion geografica, y me parece muy interesante tu trabajo en este sitio web, sobre el incremento demografico, el tema de tus fuentes para dicha cartografia, me gustaria saberlas como apoyo a un trabajo personal. Gracias

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