Por Carlos E. Tello Maco
@carlosetello -
Dicen que las primeras mayorías en el Parlamento peruano tienden a fragmentarse. Pasó con el fujimorismo del 2000, con los chacanos del 2001-2006 y con la tristemente célebre bancada "UPP-Nacionalista" cuyos primeros disidentes aparecieron cuando aquel Congreso ni siquiera había juramentado (¿recuerdan a Torres Caro y compañía?).
Esta semana, a Javier Diez Canseco le chocan los comentarios de Valdés sobre el fujimorismo y la CVR y a Rosa Mavila le parece filofujimorista la postura del Premier. En este complicado clima de congresistas semirebeldes, la vicepresidenta Marisol Espinoza ha dicho que "No hay ninguna crisis dentro de Gana Perú"
Difícil de creer, señora Vicepresidenta. La bancada oficialista debería brillar por su coherencia ante lo ofrecido en campaña y ante lo que propone el Presidente, pero ni lo uno ni lo otro. Porque muchos nacionalistas han entrado con conflictos de intereses (el madredioseño Amado Romero) y porque los vencedores de la corrupción no salen limpios de las investigaciones y votaciones como deberían salir (Omar Chehade, ni mas ni menos).
A esras alturas, esta Gana Perú del 2011 terminará pareciendo el Perú Posible del 2001, cuando Toledo perdió a casi media bancada y a verdaderos congresistas símbolos de su gestión, como Julia Valenzuela (que partió a ser vicepresidenta de Natale Amprimo) e incluso, el mismísimo ex Primer Luis Solari (que se unió sin éxito a Jaime Salinas).
Que Gana Perú no se convierta en una olla de tránsfugas y convenidos y que busque, entonces, el espacio de la centro-izquierda de la cual tanto se ufanan.
Aclarando datos.