Por Enrique Escobar de Paz -
(Foto - Internet) |
La verdad, me arrepiento. Me arrepiento mil
veces de haber botado mi dinero en vano por un producto tan mal hecho, tan
predecible, tan sin chiste, tan sin nada. Desde “el exorcista”, un clásico del
cine de terror, no se han vuelto a realizar películas igual de impactantes,
excepto honrosas excepciones como “El exorcismo de Emily Rose”, pero desde
entonces, todo es más de lo mismo, situaciones exageradas, voces exageradas,
contorsiones y un largo etcétera.
Regresando al tema central, ¿Qué puntos
buenos tiene la película?, pues la respuesta es NINGUNO. Su guión roza lo
absurdo, es una historia mal elaborada, no da miedo, ni siquiera intriga, todo
es tan predecible, que si te duermes media hora y luego te despiertas, no te
habrás perdido de nada. El tráiler consigue algo similar a lo que logró la
tercera entrega de “Actividad Paranormal”, envolver al público, engañarlo para
que acuda al cine, creyendo que verá algo diferente. Todo el contenido se
reduce a un mini reportaje, donde el 70 por ciento son diálogos, y el otro
tanto por ciento es acción, mal hecha, pero acción al fin de cuenta.
La línea que sigue el filme es la de
“handycam” (cámara en mano), técnica usada en las últimas producciones
hollywoodenses, sobretodo en el género de horror, para supuestamente lograr un
mayor impacto en los cinéfilos. Pero se ha abusado tanto de este método, que ya
no te tragas el cuento de que lo que estás viendo haya sido o pueda ser algo
que en realidad sucediera.
Otro error garrafal es la elección del
elenco. Los actores se ven sobreactuados pero de manera terrible, los
“sacerdotes” parecen todo menos eso. Hasta ahora no entiendo cómo pudo haber
conseguido 34 millones de dólares en su estreno, siendo esta una cifra
monstruosa si comparamos con lo que costó realizarla. Pero como si eso no fuera
poco, ya se habla de una segunda parte. La pregunta aquí es: ¿de qué se hablará
en esta secuela?, si la primera parte por sí sola no cuenta nada. Creo que el
canal “Biography Channel” realiza mejores documentales y más intrigantes que
esta cosa llamada “Con el diablo adentro”.