Por Rosa Chévez Sánchez -


Ya son miles de chicos y chicas que en los últimos años presentan un cuadro de estrés agudo ¿Pero han notado que cada vez que nos jalamos los pelos y nos tiramos tremendas amanecidas con los trabajos nuestro peso corporal comienza a tener grandes cambios?

Ante esta inestabilidad que es conocida como los “Kilos emocionales”, los nutricionistas afirman que atravesar por este tremendo dilema puede echar esas horas de sacrificio en el gym o días de dieta.

La tensión tiende a estimular el apetito o dejar de tener hambruna porque todo dependerá de las reacciones emocionales de cada uno de nosotros.

Pero tengan cuidado con la crisis nerviosa, pues si ya has vivido una de ellas, deberás reestructurar tu régimen alimenticio, para recompensar la pérdida de peso durante la etapa de inestabilidad emocional.

Por último, hacer deporte siempre que puedas será fundamental para desquitarte de la tensión y la ansiedad. No creo que quieras embutirte de tanta comida y después lamentarte o lanzarte a los brazos del abandono personal.

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