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Por Silene Pacheco Mere
Parán es una pequeña comunidad que alberga un poco más de
300 habitantes. Este recinto se encuentra en el distrito de Leoncio
Prado, en la provincia de Huaura, en un rincón de Lima. A cuatro horas de la
capital para ser exactos; la exportación de maíz, papa y melocotón, no solo
caracteriza a este pequeño poblado.
Una enfermedad incurable, que afecta al 10% de la población
es lo que resalta de este pueblo. Una ceguera que se hereda de generación en generación
convive con ellos gran parte de sus vidas. La mayoría de los campesinos de
Parán son evangelistas, y caminan con ayuda de un bastón y su fe. No utilizan
las manos sólo para coger las cosas, sino para “mirar”. Mirar con las manos es
parte de su aprendizaje.
Aquí los niños no salen a jugar de noche, porque desde
pequeños ya presentan esta enfermedad visual que con el transcurrir de los años se va apagando. Para ellos no existe diferencia entre el día y la
noche, sin embargo, no es algo que lamentan tanto, porque saben desde muy chicos
que la ceguera que padecen es algo normal. Pues ya saben que su destino es ese.
Vivir bajo la sombra, en medio de la penumbra que abunda en las cuatros paredes
de sus hogares.
Pero… ¿Cuál es la causa de este mal?, un mal genético
hereditario que lamentablemente no tiene cura: la retinitis pigmentosa. Según
los datos del Instituto Nacional de Oftalmología (INO), una de cada tres mil
700 personas en Estados Unidos padece este mal. En China, una de cada 4 mil y
en Suiza una de cada 7 mil es portador. En el Perú no se sabe la cantidad
exacta a nivel nacional, pero Parán sería la primera población peruana que
porta este mal genético.
¿Cómo llegó el mal a este pueblito?
Se dice que una mujer de las cinco o seis familias que
formaron Parán, fue portadora del mal. Ella tuvo tres hijas portadoras –el mal
solo afecta a los hombres- que son la estirpe de todos los afectados divididos
en las siguientes cinco generaciones.
Ricardo Fujita, director del Centro de Genética y Biología
Molecular (CGBM) de la Universidad de
San Martin de Porres, señala que esta degeneración progresiva de la retina hace
que pierda la vista desde afuera hacia adentro con la llamada “visión del
túnel”.
Los pobladores que presentan este mal registran que la enfermedad
está ligada al sexo (específicamente al cromosoma X) y es por ello que afecta a
los varones, es decir, las mujeres son
las que fecundan este mal y los varones son los que se quedan ciegos.
Es por ello que se urge una plan de salud que estudie esta
extraña enfermedad parar hallar su cura, tanto el presidente de la comunidad de
Parán, Cayetano Santiago y el director del CGBM, Ricardo Fujita piden hacer una
serie de diagnósticos para encontrar el origen. Con estos resultados se podrían
exponer ante el mundo científico para que la ciencia moderna desarrolle nuevas terapias.
En la región ya se ha empezado a recolectar las muestras de
sangre y estudios de ADN, pero aun así falta la ayuda del gobierno central, ya
que en la comunidad solo existe una posta médica para todos los pobladores y
los medicamentos son escasos.