La parte más emocionante de los Oscar, sin duda. (Foto - Internet) |
Por Enrique Escobar de Paz -
La edición número 84 de los premios más
importantes del séptimo arte, se realizó en un ambiente donde lo
predecible imperó. Ganaron los que tenían que ganar, dejando de lado el factor
sorpresa que nos dieron con las nominaciones. El veterano actor Morgan Freeman
dio inicio a una velada más ágil que la del año pasado. Billy Cristal, fue el
presentador de turno, cumpliendo con su rol, y dándonos una parodia excelente
de una de las escenas de la película “The descendants”, donde sorprendió a
propios y extraños dándole un beso a George Clooney.
El primer premio de la noche fue para “The
iron lady” (la dama de hierro), por mejor maquillaje, pero sin duda eso no
llamó mucho la atención, pues las que se robaron el momento fueron Cameron Díaz
y Jennifer López, quienes antes de presentar al ganador, se dieron vuelta,
mostrando sus atributos y calentando a más de un espectador. Sin duda un duelo
de bellezas, donde la gran triunfadora fue la López y por knockout.
Un discurso que sin duda caló muy adentro,
fue la que dio el director iraní Asghar Farhadi, quien se llevó el Oscar a la
mejor película extranjera por “Nader y Simin, una separación: “En momentos
difíciles, de intimidación y protagonismo político, un premio así, cultural,
para una cultura antigua, es de gran ayuda”; con esas palabras se ganó los
aplausos de todo el público respetable.
Octavia Spencer, ganadora del premio a Mejor
Actriz de Reparto, no pudo evitar la emoción del momento, y rompió en llanto al
subir al escenario, sin duda, uno de los momentos más emotivos de la gala. Pero
si hablamos de momentos emotivos, Christopher Plummer no se quedó atrás, y es
que el actor de 82 años, se hizo con el premio a Mejor Actor secundario, por su
papel en “Begginers”. Las palmas no se hicieron esperar, y sus palabras arrancaron
una que otra sonrisa: “¿dónde has estado toda mi vida? ¡Sólo tienes dos años
más que yo!”.
La rana Kermit (antes René) y Miss Piggy,
dieron paso a la majestuosa presentación del Cirque du Soleil, quienes pusieron
la nota mágica a la noche, y brindaron un espectáculo impecable, con
coreografías bien elaboradas, y sobretodo mucho glamour.
Lo demás fue pan con lo mismo, intentaron
hacer un espectáculo más “light”, con discursos cortos, y presentaciones
largas, las cuales le quitaron esa emotividad que debe prevalecer en este tipo
de premiaciones. Como dije al inicio, ganaron los que tenían que ganar: Meryl
Streep se llevó el premio a mejor actriz, “The Artist” se alzó con la
estatuilla a mejor película, dejando con
las manos vacías a “Hugo” de Scorsese. Jean Dujardin consiguió su primera
nominación como Mejor Actor por “The Artist”, y logró llevárselo.
“La invención de Hugo Cabret” y “The Artist”,
fueron las grandes triunfadoras de la noche, ambas con cinco premios, pero la
segunda se llevó las más importantes de la noche. Sin duda fue una velada que
no pasará a la historia, excepto por uno o dos momentos, aunque hay que
reconocer que fue superior a la gala del año pasado. Ojalá para la próxima
edición, regrese ese toque emotivo, y haya más tiempo para los ganadores de
expresar sus emociones, y no tanto a los presentadores con sus exageradas
situaciones.