Por Daniel Tapia Lozada
(Foto - Internet)

La “polémica” segunda fecha del campeonato peruano se jugará este fin de semana. Ante ello surgieron los cuestionamientos: ¿Debió reprogramarse con los mismos equipos deudores, a pesar que éstos no solucionan sus problemas institucionales? ¿Cambió en algo la informalidad del  descentralizado tras la renuncia de la Universidad San Martín del fútbol profesional? 

No es la primera vez que el torneo peruano enfrenta una situación como esta. En el 2004 se vivió algo similar cuando los 12 clubes profesionales de entonces realizaron una huelga, que derivó en  la suspensión inmediata del Clausura 2003. La falta de pagos, la crisis institucional y económica de Universitario, Alianza Lima, Deportivo Wanka, Estudiantes de Medicina  y otros equipos empezaba a acrecentarse. 

La única salida fue la suspensión de aquel campeonato, que tenía como principales deudores a los mismos  protagonistas de  la actualidad y otros equipos ya descendidos (Deportivo Wanka, Estudiantes de Medicina, Bolognesi, Unión Huaral, entre otros). 

La historia pareciera repetirse y resulta complicado proponer soluciones ante una informalidad dirigencial que no comenzó hoy ni en el 2003. El “interesado” y erróneo manejo económico de Alianza Lima y Universitario de Deportes (dos de los clubes que más hinchas y recaudación congregan) es el principal obstáculo para revertir la informalidad en el fútbol peruano.

Sus deudas millonarias (S/.146 millones debe la U a la Sunat, y S/.26 millones Alianza) ya eran conocidas, pero poco se hizo para cancelarlas. Todo lo contrario, las cifras crecieron desmedidamente y tanto Alianza como la U deberían ser reconocidas como instituciones QUEBRADAS. 

 La verdadera historia

La intervención del Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (INDECOPI) se hace necesaria y obligatoria para que la junta de acreedores de los equipos busque operadores calificados que inyecten capital y se comprometan a cumplir con la deuda.

Sin embargo, ¿Alianza Lima y Universitario reconocerán su estado de insolvencia? ¿Si no lo han hecho en todos estos años lo harán ahora? ¿Es necesario obligarlos con una sanción drástica que siente un precedente en nuestro demacrado campeonato peruano?

La respuesta la dio Manuel Burga. El presidente de la Federación Peruana de Fútbol (FPF) manifestó que no habrá descenso para los deudores. Pero sí una sanción, si éstos incumplen con sus pagos. Es decir, dos puntos menos a la primera falta, otros dos en la  segunda reiteración y a la tercera: el descenso de categoría. 

¿Se harán efectivas estas sanciones como en el 2011 cuando los equipos perdían puntos en mesa? ¿Cuántos puntos pueden perder? El descenso de categoría se daría en el caso de la pérdida consecutiva de 6 puntos. Es decir que un equipo como Universitario de Deportes (citando el ejemplo del año pasado) puede perder más de 6 puntos en diferentes fechas y su permanencia en Primera División está asegurada. 
La Universidad San Martín de Porres, en una medida de rechazo al mal manejo y la deficiente organización del fútbol profesional, decidió retirarse. Esta es la prueba más fehaciente de que un club (sin deudas) con estabilidad dirigencial, económica y con 3 títulos profesionales termina sucumbiendo en un campeonato “ajeno” a su forma de ver el fútbol. 
Su actitud para despedir a todo un plantel de jugadores es criticable, pues éstos se solidarizaban con sus compañeros de trabajo y es un derecho de todo trabajador ir a la huelga. Pero ya el hecho de verse obligado a abandonar toda una inversión y un proyecto es el reflejo (conocido con mayor difusión a nivel  mundial) que el balompié peruano necesita una reestructuración urgente.

La mejor solución

Muchos proponen la conversión de los equipos del fútbol profesional a sociedad anónima. La ventaja es que se cuenta con una administración privada y una gestión profesional. Pero no es un  negocio seguro a nivel deportivo si no se cuenta con los gestores y administradores adecuados. 

En el Perú la conversión de Alianza Lima y Universitario de Deportes se complica por los intereses de dirigentes que desean recuperar su capital y sacar si es posible más de lo debido. 

Con administradores y presidentes como Julio Pachecho (Universitario) y Guillermo Alarcón (Alianza Lima) el panorama se muestra desalentador si se pretende lograr una reforma. Las autoridades de la FPF tienen la solución en sus manos (la han tenido por mucho tiempo), pero castigar a los dos “grandes” del balompié nacional va en contra de sus intereses, por más que éstos le hagan daño a nuestro “moribundo” fútbol profesional.



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