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Cinco son los muertos en Cajamarca y esta crisis parece no terminar de crecer. 

Ninguno coopera como debería, ni las autoridades regionales, ni el gobierno central, ni la empresa, y quien debería mostrar liderazgo en momentos como este es el presidente Ollanta Humala.

Un ministro del Interior que no aparece, una policía que ejerce violencia física y verbal contra la gente, un presidente que no reacciona como debería. Estos son actos que al final sólo juegan en contra del gobierno y a favor de los antimineros. La mano dura no es la solución, sólo empeora las cosas. Minimizar los problemas sólo nos hace pensar que el gobierno no sabe manejarlos.

La vicepresidenta Marisol Espinoza declara que el premier Valdés “no es un vocero válido”, y para tener un "vocero válido" podemos suponer que se debe cambiar a Valdés o elegir a un vocero, y es entonces cuando el gobierno saca su última carta: El monseñor Miguel Cabrejos.

La tarea del monseñor Miguel Cabrejos es muy compleja, tendrá que saber manejar a ambas partes que no se quieren ni mirar. Asi que sólo podemos esperar que esta última carta sea fructuosa.

Cinco personas han muerto y no importa si son de derecha o de izquierda, son personas como tú. Basta de necedad, basta de soberbia, basta de intereses políticos, basta de pensar que esto es una pelea entre los buenos y los malos, basta de poralizar.


Por Luiggi Gonzales Moya

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