Por: Telmo Silva Maldonado
No hay dudas que la tecnología avanza cada vez más a nuestro alrededor, perfeccionando los dispositivos que usamos día a día. Esta vez fue el turno de las laptop que da paso a una nueva generación de portátiles, los ultrabooks, los cuales fueron presentados en la última CES (Consumer Electronics Show) realizada entre el 10 y el 13 de enero del 2012.
Básicamente los ultrabooks son una mejora significativa de las portátiles en tres puntos importantes: rendimiento, diseño y precio. Empezando con el rendimiento estos nuevos portátiles cuentan con la nueva generación de procesadores Intel ULV a más, lo que multiplica las posibilidades de manejo tanto para un usuario casero como para un profesional de computación. Otra característica importante en los ultrabooks son el encendido instantáneo como si de una tablet se tratara, gracias al aditamento Intel Rapid Start, eso significa no más espera mientras se enciende tu laptop ni la lentitud que se conlleva.
Respecto a la memoria estos dispositivos cuentan con una unidad de estado sólido (SSD, Solid-state drive) que en comparación con los discos duros tradicionales, las unidades de estado sólido son menos susceptibles a golpes, son prácticamente inaudibles y tienen un menor tiempo de acceso y de latencia. Los SSD hacen uso de la misma interfaz que los discos duros, y por tanto son fácilmente intercambiables sin tener que recurrir a adaptadores o tarjetas de expansión para compatibilizarlos con el equipo.
Pero lo que sin duda llama más la atención es el diseño, caracterizando por su delgadez (1.2 cm para los modelos grandes y 0.8 cm para pequeños) y su liviandad, aspectos muy beneficiosos a la hora de trasladarse de una lado al otro. Al tener una carcasa metálica mejora la disipación de calor en la unidad, haciendo que el uso de un cooler sea innecesario. Por último se mejoró la duración de la batería hasta cinco horas de encendido y muchas más en tiempo de espera.
En cuanto a los precios, los ultrabooks son de gama media y gama alta, por lo que no son del todo baratos. Los modelos más básicos cuestan desde 800 euros, esto quiere decir que el precio base es elevado para un ordenador portátil, por ello, las empresas están evaluando tener modelos a 600 euros para este año.
