Por Juan Escobar de Paz -
Hace 100 años, el mundo fue testigo de una de las tragedias
marítimas más grandes de la historia. El “insumergible” trasatlántico Titanic,
colisionó un 14 de abril de 1912, contra un enorme iceberg (tempano de
hielo), cobrándose la vida de 1500 personas aproximadamente.
La historia del hundimiento, ha sido llevada en innumerables
ocasiones tanto a la televisión como al cine. Pero sin duda, la más recordada,
es la película producida por James Cameron en 1997, y protagonizada por Kate
Winslet y Leonardo Di Caprio. El filme fue todo un suceso en su época, y logró
convertirse en la más taquillera de la historia (aunque ahora ese título lo
tiene “Avatar” ).
En un principio, la historia del filme fue considerada como
“sobrevalorada”, dado que la mayor parte se centra en una relación amorosa por
demás empalagosa. Aunque eso no caló como para que Titanic haya conseguido
sobrevivir al paso del tiempo, y sea la favorita de muchos románticos
empedernidos.
Luego de 15 años desde su estreno, y como motivo de
los homenajes por el centenario del hundimiento, se decidió volver a ponerla en
cartelera, pero esta vez bajo el popular método 3D. Pero si tú eres de
los que fueron con la sensación de no haberle encontrado la tercera dimensión
por ningún lado, no te preocupes, no eres el único.
Hoy fui emocionado al cine para suspirar un poco y con toda
la adrenalina de ver hundirse al enorme barco en pantalla gigante y casi, casi
en mis narices, pero no pasó nada de eso. El dizque 3D es un fraude, supuse que
por ser un filme de James Cameron, y luego de ver la maravilla que hizo con
“Avatar”, creí que se volvería a lucir, pero nada.
La película es más que conocida, todo mundo sabe como
empieza y como acaba, pero realmente es decepcionante que te la vendan como una
cosa, y luego te salgan con otra. Claro que eso no es culpa de los cines, sino
de los realizadores, que solamente usaron el momento para seguir llenando sus
arcas con dinero. Pero bueno, si tú eres de esos sentimentales que gustan de
buenas películas, y no tuviste la oportunidad de ver este clásico en pantalla
gigante, aprovecha.
Eso sí, ni creas que el barco se caerá encima tuyo, o
te salpicaran gotas de agua, porque el 3D está para llorar.