Por Rafael Mendieta - 



A cinco años del terremoto en Pisco,  sus pobladores siguen respirando el mismo ambiente desolado y triste. No ha cambiado mucho desde el 2007. Aún quedan recuerdos de familias por la pérdida de sus casas, de sus hijos, de sus madres, de sus padres, de amigos.  Porque a pesar de ello, tienen esperanzas, por más que sientan que el Estado no esté presente.  Algunos se están levantando de a pocos, contra todo, porque solo quieren volver a sonreír como antes, porque solo quieren volver a ser como antes que ocurriera esta tragedia.

Es impresionante que después de todo este tiempo, recién los pobladores reciban agua central y electricidad. Es impresionante como el Estado y las autoridades locales con despilfarros, así como errores burocráticos hayan dejado a mil 500 familias en total miseria. Es impresionante como a pesar de todo esto, varias familias salgan adelante. Es impresionante…

Pero no todo es amargo, ya que las ayudas llegan de todas partes. Ese es el caso de los marinos de cinco países de América que desembarcaron en Paracas para participar en acción social a favor de los 55 niños de la única escuela del centro poblado Las Antillas, en la región Ica.

Fueron tres horas que cerca de 50 militares chilenos, colombianos, estadounidenses, mexicanos y peruanos ayudaron a varios niños con atenciones médicas, hasta pintaron paredes, e hicieron una inspección de las instalaciones eléctricas de las únicas cinco aulas de la Institución Educativa N°22796. Arreglaron los servicios higiénicos, regalaron kits educativos de limpieza y mobiliario básico. Y para terminarla, jugaron una 'pichanguita' con los pequeños.

La alegría en los niños se notaba, no había más felicidad que correr con el balón, correr detrás de un marino, jugar por una noble causa, ayudar sin recibir nada a cambio, ambos sonreían. No importaba si el colegio no tenía una cancha de 'fulbito' como en Lima, no importaba si corrían en la tierra o se ensuciaban, no importaba, porque ellos eran felices. 

Los militares pertenecen a la red Unitas, que son realizados anualmente por la Armada de los Estados Unidos en conjunto con otras armadas latinoamericanas. Cabe precisar que el 2004, también realizaron diferentes acciones sociales en Pisco. Gran ejemplo.


LO ÚLTIMO QUE SE PIERDE ES LA ESPERANZA

Las ayudas siguen llegando a Pisco, un lugar donde lo último que se ha perdido es la esperanza. Porque todos queremos el progreso, sobre todo para los más pequeños. Porque ellos no quieren quedarse en el olvido, porque ellos exigen sus derechos, porque no podemos ser indiferentes. Porque debemos seguir el ejemplo de los marinos.

Más calidad en educación, más infraestructura, más salud, tantos problemas que pueden ser solucionados con transparencia por parte de las autoridades locales y centrales. Tantos problemas.

Fuente: RPP

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