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- Para no repetir la misma historia...
El fin de las vacaciones se aproxima y las clases en los
colegios empezaran pronto. Pero no solo paras los niños, sino que es el inicio
de las habituales compras de útiles escolares de cada año, y en muchas familias
es un dolor de cabeza y de bolsillo.
Los libros son el principal detonante del desequilibrio
económico de los padres, ya que estos se renuevan cada año (no vale repetir).
Muchos de estos textos pueden llegar a superar los 100 nuevos soles. Claro que
en casa –algunos casos- no hay un solo
niño en el colegio, pueden ser 2 o 3.
A consecuencia de una denuncia pública realizada por un
programa periodístico dominical, se descubrió el negocio redondo entre
editoriales y colegios privados. Se supo
que los colegios venden en ocasiones hasta el doble o el triple del costo real
de los libros, generando las “coimisiones” tanto para los directores de las
instituciones y dueños de las editoriales, lo que viene a ser nuestro “mita/mita”.
Esta denuncia fue portada en las primeras planas de todos
los diarios. Por ende generó las protestas de padres, la presencia y reclamo
del presidente de la Comisión de Defensa
del Consumidor, Jaime Delgado, la investigación inmediata de los actos
irregulares de las editoriales y la inmovilización de los fondos de las mismas
por parte de Indecopi.
Como resultado de este escándalo, una ley express fue aprobada por la Comisión Permanente
del Congreso de la República. Dicha
norma considera una infracción, que las instituciones educativas obliguen a los alumnos a adquirir
libros de primer uso o aquellos que estén diseñados para ser utilizados una
sola vez.
Esta ley también crea el Observatorio Nacional de Textos
Escolares, a cargo del Ministerio de Educación, donde se publiquen todo lo referente
del nuevo libro, incluido el precio.
Al mismo tiempo los padres podrán ser partícipes de
reuniones en conjunto con los docentes, el director o rector de los planteles
educativos al momento de elegir los
libros escolares para sus hijos. De esta manera el Legislativo pretende poner
fin a la corrupción de las casas editoras y colegios.
Esperemos que tanto directores y editoriales tomen
consciencia de los robos que han hecho cada año, como se dice no existe crimen
perfecto. Esperemos que este nuevo año escolar empiece con pie derecho, sin
dificultar el bolsillo de los padres, ya que no es del todo bueno desperdiciar
libros cada año y lamentablemente no puedan ser reutilizados, sabiendo que
otras personas con menos recursos si lo harían.