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- Un posible hasta luego
Por: Silene Pacheco Mere
''Su rostro angelical es la atracción preferida de los hombres'' |
Rita es una mujer que ha alcanzado ya la madurez. Su rostro está marcado por arrugas que denota el peso de los años. Sus ojos negros y vivaces, expresan languidez. Rita ahora pasa las horas sentada en un sofá viendo telenovelas en un televisor que apenas puede mostrar los colores y los rostros de los personajes.
Terminado el atardecer, se acerca a su balcón y coge una silla para sentarse. Mira a la gente transitar por las calles convenciéndose cada día, cuánto ha cambiado el lugar que alguna vez vivió su juventud y que alguna vez intentó ser feliz.
Eran tiempos mozos, donde Rita con una piel más tersa y un leve bronceado, cubría su bien formado cuerpo que ponía en manifiesto la flor de su juventud. Eso era lo que más atraía al sexo masculino, pero sobre todo su coquetería, que a la hora de hablar lo hacía con una sobriedad y más de uno quedaba admirado.
Todos los chicos del barrio de la época, se volvían locos por ella. Muchos de ellos le declararon su amor. Algunos con fortuna lograban conquistarla y se engalanaban al pasar la vereda, cogiéndola de la mano como símbolo de triunfo. El resto con menos suerte y algunos que nunca lo intentaron, solo atinaban a mirar con cierta frustración, maldiciendo en sus mentes a quienes lograban conquistar a Rita.
''Sólo la quieren para lucirse en el vecindario'' |
Uno de ellos era Lalo Ornasa. Lalo era un muchacho callado y soñador. Cada vez que veía a Rita pasar solo se limitaba a verla y sonreír cuando ella lo saludaba. Imaginaba algún día tenerla a su lado y lucirse como los hacían los amantes de Rita. Pero eso para él, era un simple sueño.
Sin embargo, un tarde decidió llenarse de valor para entablar una conversación y poder conocerla más. Sin imaginar que ese día daría un giro completo a ambos.
Rita estaba sola, sentada en un banco de un parque, esperando a su novio. Lalo pasó cerca de allí y al verla se acercó, la saludó y le preguntó a quien esperaba. Ella de inmediato respondió que esperaba a su enamorado. Lalo, comenzó una charla con Rita de la cual no se percató.
Rita atentamente seguía la plática, sin notar el tiempo y olvidándose más aun que esperaba a su enamorado. La plática se extendió volviéndose amena, conversaron de todo, como quien dice conociéndose un poco más.
Las horas iban pasando y el enamorado de Rita nunca llegó. Ella al notar esto, decidió seguir conversando con Lalo. En ese momento no se molestó tanto de la plantada ya que estaba tan entretenida con él y decidió invitar a Lalo a su casa.
Al llegar al hogar de Rita, ella le ofreció algo de beber, el aceptó sin perder el hilo de la conversación. Hubo un punto en que hablaron sobre el enamoramiento. Rita le comentaba sobre la relación con su enamorado, pero que a veces ella se sentía incomoda por el trato frío que él tenía hacia ella.
Lalo por su parte, comentaba que estaba solo, pero que si él llegara a tener una chica a su lado, la trataría como nunca nadie lo hubiese hecho y le daría todo lo que esté a su alcance. Lo detallaba tanto y lo decía con una emoción, que Rita observaba maravillada y a la vez decía que tanto no podía ser real.
Con un atrevimiento espontáneo que no lo caracterizaba, Lalo le dijo que sí podía ser cierto, si ella realmente quería vivirlo. Lalo se quedó callado rápidamente por lo intrépido que fue.
Pero Rita, a manera de respuesta, lo besó suavemente mientras Lalo sorprendido accedió al beso de su amada, preguntándose en su mente que fue lo que impulsó a Rita a hacer tal cosa
.
Minutos después se dejaron de besar. Ambos estaban avergonzados y confundidos. Lalo por su parte decidió irse. Rita solo se quedó sentada en su sofá pensando en lo ocurrido y en lo que sentía por él. Mientras Lalo caminaba, pensaba en lo que habían hecho, no lo podía creer. Sin embargo, él creyó que de repente había una posibilidad de vivir un romance con ella y porque no hasta casarse.
Mientras tanto, los sentimientos de Rita fueron cambiando hacia su pareja y vio en Lalo el hombre que realmente la haría feliz, porque era consciente que su enamorado estaba con ella con el fin de lucirse y que no la quería realmente, sumándose a ello la frialdad del tipo.
''Rita ahora pasa las horas frente a un televisor viendo como la vida se desgasta''' |
Luego decidió ir en busca de Lalo. Él no buscaba a Rita por temor a una mala reacción por parte de ella, aunque no podía olvidar aquel beso que se dieron. Rita, una vez que lo vio, corrió a abrazarlo fuertemente diciendo lo mucho que lo extrañaba y las ganas que tenía de estar con él. Y que nunca había conocido una persona como él.
Lalo admirado con todo lo que le dijo y al mismo tiempo feliz de escucharlo, solo le pudo decir que por el momento no podía concretar nada con ella. Le contó que tenía una oferta de trabajo muy bien remunerado fuera del país y que no podía desaprovechar la oportunidad. Aun así, Lalo le dijo todo lo que sentía por ella y le hizo una promesa.
Pasase lo que pasase, si estaba dispuesta a esperarla, él vendría a buscarla y vivirían juntos. Rita muy ilusionada aceptó la promesa. Lalo se fue al extranjero y Rita se quedó muy acongojada pero con la ilusión de su retorno.
Continuará…